Bloque 4 la literatura folclórica
A continuación vamos a ver la literatura folclórica, la cual está hecha para contar y adaptar a los alumnos. Sus características son las siguientes:
Características de la literatura folclórica
No tiene autor por que se han creado con paso del tiempo por toda la gente que la ha ido transmitiendo, todas estas historias van pasando de boca en boca y puede ir cambiando, de ahí que no tenga autor y algunas de esas historias son casos reales y al paso de los años van cambiando un ejemplo caperucita roja (es imposible conocer las historias reales)
No tiene autor por que se han creado con paso del tiempo por toda la gente que la ha ido transmitiendo, todas estas historias van pasando de boca en boca y puede ir cambiando, de ahí que no tenga autor y algunas de esas historias son casos reales y al paso de los años van cambiando un ejemplo caperucita roja (es imposible conocer las historias reales)
En el siglo XII en la Europa occidental había pueblos, aldeas y entre ellos bosques.
Esta historias presentan multitud de variantes en distintos lugares y en distintos tiempos, existe un fenómenos muy curioso y es que cuando se cuenta diferentes sitios estos cuentos cambian por ejemplo: si se cuenta en Europa se da en un bosque y si se da en latino América se da en la selva.
Los textos folclóricos son cambiables, hay que conocer a los niños y estos cuentos se deben adaptar a ellos.
Son textos populares, son textos que corrían de boca en boca por la gente del pueblo, no son textos cultos, no se consideraba literatura, refleja las costumbres del pueblo, pero también sus miedos, sus deseos.
No son infantiles, ni lo han sido ni lo serán, eran textos que se contaban o que se transmitían al calor de la lumbre. El receptor son los adolescentes. Tienen enseñanzas para todos los miembros de la familia.
No son textos machistas hay dos cuestiones para tener en cuenta a la hora de juzgar estos textos, reflejan la cultura
Esta historias presentan multitud de variantes en distintos lugares y en distintos tiempos, existe un fenómenos muy curioso y es que cuando se cuenta diferentes sitios estos cuentos cambian por ejemplo: si se cuenta en Europa se da en un bosque y si se da en latino América se da en la selva.
Los textos folclóricos son cambiables, hay que conocer a los niños y estos cuentos se deben adaptar a ellos.
Son textos populares, son textos que corrían de boca en boca por la gente del pueblo, no son textos cultos, no se consideraba literatura, refleja las costumbres del pueblo, pero también sus miedos, sus deseos.
No son infantiles, ni lo han sido ni lo serán, eran textos que se contaban o que se transmitían al calor de la lumbre. El receptor son los adolescentes. Tienen enseñanzas para todos los miembros de la familia.
No son textos machistas hay dos cuestiones para tener en cuenta a la hora de juzgar estos textos, reflejan la cultura
Uno de los cuentos pertenecientes a la literatura folclórica es caperucita roja, nos podemos encontrar muchas adaptaciones según para la edad de los niños.
CAPERUCITA ROJA (1697) Charles Perrault
Había una vez una niñita en un pueblo, la más bonita que jamás se hubiera visto; su madre estaba enloquecida con ella y su abuela mucho más todavía. Esta buena mujer le había mandado hacer una caperucita roja y le sentaba tanto que todos la llamaban Caperucita Roja.
Un día su madre, habiendo cocinado unas tortas, le dijo:
—Anda a ver cómo está tu abuela, pues me dicen que ha estado enferma; llévale una torta y este tarrito de mantequilla.
Caperucita Roja partió en seguida a ver a su abuela que vivía en otro pueblo. Al pasar por un bosque, se encontró con el compadre lobo, que tuvo muchas ganas de comérsela, pero no se atrevió porque unos leñadores andaban por ahí cerca. Él le preguntó a dónde iba. La pobre niña, que no sabía que era peligroso detenerse a hablar con un lobo, le dijo:
—Voy a ver a mi abuela, y le llevo una torta y un tarrito de mantequilla que mi madre le envía.
—¿Vive muy lejos?, le dijo el lobo.
—¡Oh, sí!, dijo Caperucita Roja, más allá del molino que se ve allá lejos, en la primera casita del pueblo.
—Pues bien, dijo el lobo, yo también quiero ir a verla; yo iré por este camino, y tú por aquél, y veremos quién llega primero.
El lobo partió corriendo a toda velocidad por el camino que era más corto y la niña se fue por el más largo entreteniéndose en coger avellanas, en correr tras las mariposas y en hacer ramos con las florecillas que encontraba. Poco tardó el lobo en llegar a casa de la abuela; golpea: Toc, toc.
—¿Quién es?
—Es su nieta, Caperucita Roja, dijo el lobo, disfrazando la voz, le traigo una torta y un tarrito de mantequilla que mi madre le envía.
La cándida abuela, que estaba en cama porque no se sentía bien, le gritó:
—Tira la aldaba y el cerrojo caerá.
El lobo tiró la aldaba, y la puerta se abrió. Se abalanzó sobre la buena mujer y la devoró en un santiamén, pues hacía más de tres días que no comía. En seguida cerró la puerta y fue a acostarse en el lecho de la abuela, esperando a Caperucita Roja quien, un rato después, llegó a golpear la puerta: Toc, toc.
—¿Quién es?
Caperucita Roja, al oír la ronca voz del lobo, primero se asustó, pero creyendo que su abuela estaba resfriada, contestó:
—Es su nieta, Caperucita Roja, le traigo una torta y un tarrito de mantequilla que mi madre le envía.
El lobo le gritó, suavizando un poco la voz:
—Tira la aldaba y el cerrojo caerá.
Caperucita Roja tiró la aldaba y la puerta se abrió. Viéndola entrar, el lobo le dijo, mientras se escondía en la cama bajo la frazada:
—Deja la torta y el tarrito de mantequilla en la repisa y ven a acostarte conmigo.
Caperucita Roja se desviste y se mete a la cama y quedó muy asombrada al ver la forma de su abuela en camisa de dormir. Ella le dijo:
—Abuela, ¡qué brazos tan grandes tienes!
—Es para abrazar mejor, hija mía.
—Abuela, ¡qué piernas tan grandes tienes!
—Es para correr mejor, hija mía.
Abuela, ¡qué orejas tan grandes tienes!
—Es para oír mejor, hija mía.
—Abuela, ¡que ojos tan grandes tienes!
—Es para ver mejor, hija mía.
—Abuela, ¡qué dientes tan grandes tienes!
—¡Para comerte!
Y diciendo estas palabras, este lobo malo se abalanzó sobre Caperucita Roja y se la comió.
En mi opinión es interesante saber sobre toda esta literatura, ya que la mayoría de las historias nos las han contado adaptadas para niños y ahora está bien saber otro tipo de variedades sobre estas historias
En la siguiente entrada meteré la prosa, el verso y el teatro folclórico.